Era un pasillo imperfecto, como todas las esperanzas que te vendían en la calle.
Donde los viejos amigos solían sentarse y esperar al filo del atardecer una ilusión mas para beber.
Los dolores siempre fueron parte del paraíso, aunque sean éstos, estados de ceguera emocional
recordamos siempre al pasado infante como el mejor futuro que desapareció.
Y la gracia que siempre prometen se va con el oro del arco iris
como nómadas adolescentes primitivos y sedientos de fuga
buscando el horizonte para ocultarse de la caída de la ilusión
dormían de día, para no soñar de noche, aquellos sueños usuales que herían.
Los pasados siempre terminaban en ene.
El problema del futuro es que nunca va a estar resuelto
y lo bueno del pasado es que ya no va a complicarse
no es exceso de matemática en este caso mi divague
sino es una falta impresionante de regalos.
O como se dice en portugués, de presentes.
El ser humano tiene tantas maneras de transmitir cualquier cosa
y lo mejor de todo es que hay muchos mas receptores a quien transmitir
que mensajes por crear.
El homosapiens es la única arma mortal que se autoelimina.
Miedo, emociones, amor y codicia.
Si se sabe vender y dominar eso
el futuro va a ser una nueva sociedad
o quizás la misma que la mayoría ni sienta.
Botox y boludeces, ciegos peregrinos
planteras vacías a la venta para cultivar futuro
quizás mas mandioca para ayudar al universo cretino
a dejar de pensar en como salir, y seguir siendo lo mismos pelotudos hasta en internet.
Aquel que de la impotencia crea una herramienta para erectar su universo
es capaz de sobrevivir hasta que encuentre la mejor fecha para desaparecer.
La muerte a cierta edad es el ultimo regalo al cual podemos acceder
para volvernos eternos.
Volverse ene, no es tan malo.
Hubo un pasado mejor que el futuro, en donde habitaban arboles gigantes besando la lluvia 60 metros arriba del suelo. Eso era un espectáculo.
Y ahora nos conformamos con los circos, las revistas, la televisión
o los accidentes de transito.
Muy ciegos para oler la lluvia antes de caer
o demasiado ocupados para ver un atardecer descalzos.
La luna nunca deja de salir
y siempre somos nosotros los que no la vemos.
El bronceador y el shampoo, son una mentira mas.
No hay peor ciego, que el que quiere ver.
(en el peaje de Cnel. Oviedo hay una partida de videntes)
Rz
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