Simplemente si pudieses resumir todo eso que pensas en una hora
de sensación, podrías escribir un libro de no menos de 200 paginas bien profundas y contundentes volviéndose el best seller del mes.
Las mejores músicas, los mejores versos o los mejores momentos sencillamente no fueron materializados. O sino, habría un Mick Jagger en cada cuadra.
Pegaría un poxipol que ataje momentos y no deje escapar las oportunidades
de sacar la cabeza de este zambullido eterno y poder respirar gas, gas aquel que te eleve al por mayor del mas allá.
Se dice que el ser humano utiliza el 5% de su cerebro, y ya llego a la luna.
Si se pudiese anotar el 5% de todas las maravillas que olvidamos en el camino, la luna sería un llavero serigrafiado y no una meta inalcanzable para cualquier pelotudo que cree que la luna es amor.
Si uno nunca perdiese todo lo que piensa, nunca seria un ser nacional,
porque no podría mantener su obligación cúbica de pertenecer a una raza
o línea invisible de pertenencia patriótica o robótica.
Se resume que somos de la nacionalidad que somos porque perdimos "x" cantidad de recuerdos frágiles.
Somos todos pechugas de pollitos amarillos tiernos rumbo al horno inevitable de la consumición.
Nunca podrían existir las diferencias raciales, si no hubiésemos perdido la capacidad de anotar que el pedo es un eructo dentro de la escala cromosómica y que el negro es blanco con la misma intensidad del prejuicio que tenes endurecido en la mente.
El color es una malcriadez económica.
Los pedazos de ladrillos que serán mi hogar, hacen pensar que mi recuerdo en un 95% olvidado no será un cántaro de jalea real y partículas de frutas paraguayas sin sopas so'o o queso'os?.
Si todos hubiésemos anotado el 5% de eso que no pudimos, todos se reirían del chiste.
Decile Japiro a un ruso, a ver con que cara te mira.
La humanidad es un gran supermercado, que esta dividido en secciones y cada sección con su marca y precio.
Los pasillos inmutables dejan pasear Dioses millonarios y compulsivos que nos llevan y gran parte nuestra, la vuelven a desechar para contaminar nuestra propia vulnerabilidad.
Probablemente yo sea una lata de champiñones a punto de vencer. No se a quien, pero bueno...el tema es seguir luchando.
En pocas letras, hay un titiritero mayor que se caga de risa de todas nuestras reacciones y emociones, y la verdad de la vida, es posar para la foto.
Pegaría el oscuro.
Rz
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